19 abril, 2009

Íncubos: los demonios del placer


En la Edad Media existía la creencia de que demonios y humanos podían unirse mediante el acto sexual. Estos demonios eran conocidos como íncubos y súcubos, que seducían a mujeres y hombres para alimentarse de su energía sexual. En esta ocasión, hablaremos tan sólo de los íncubos, de los que hay mucho que contar, y dejaremos a los súcubos para otra ocasión.

Según la tradición cristiana, tanto los súcubos como los íncubos descienden de los Nefalines, ángeles caídos por apoyar a Lucifer en su rebelión y que, tras su caída, engendraron una raza degenerada que dio lugar a diversos tipos de demonios.

La palabra Íncubo, procedente del latín incubare (yacer), significa "me acuesto sobre ti". Atienden a nombres como Zabulón, Leviatán, Belaam o Alpiel Efelios entre otros.

Los íncubos se tratan de demonios con forma masculina que seducen a las mujeres por la noche, en la cama, casi siempre mientras éstas duermen. Atacan a todo tipo de mujeres, sin importarles su edad, apariencia física o estado civil, lo único que les importa es que sea mujer y que tenga una mínima energía sexual para alimentarse de ella.

La apariencia del íncubo no es necesariamente atractiva, es más, en la mayoría de los casos no lo es, ya que lo que se busca no es la seducción y enamoramiento de sus victimas sino despertar en ellas los instintos sexuales más bajos y primordiales. Motivo este por el que el íncubo adopta diferentes formas según la zona donde actúe: unas veces es representado como un enano barrigudo; otras como un señor alto, delgado y peludo; otras como un joven apuesto y bien vestido; y, incluso, como un pájaro de fuego. En todos los casos, y sin excepción, el íncubo está dotado de un miembro viril descomunal.

Cuando un incubo ha elegido su "victima" no se le aparece inmediatamente, ni se produce un acercamiento real a la persona para llevar a cabo sus planes. Sino que se cuela en los pensamientos de la mujer y siembra el deseo y la lujuria, provocándole sueños eróticos muy fuertes y vívidos en los que la mujer se despierta completamente excitada y húmeda. En esos sueños o pensamientos las imágenes sexuales que son enviadas son muy exageradas y pervertidas con el fin de alimentar el deseo y prepararla para su visita.

Tras varias noches de precalentamiento y cuando intuye que está preparada para recibirle, el íncubo se materializa en la habitación de su victima y se une a ella por medio de unos coitos tan salvajes y placenteros que la mujer obtiene cientos de orgasmos, a veces entrecortados por momentos de lucidez que provocan vergüenza y horror por su comportamiento y por los actos realizados.

A la mañana siguiente, la victima se siente débil y abatida, esto es debido a que el íncubo ha empezado a extraer su energía erótica (aumentada por los orgasmos) a través del coito. Aunque la mujer no recuerda prácticamente nada de lo sucedido, piensa que lo poco que recuerda es un sueño erótico brutal y extraño que la ha dejado agotada. Sin embargo, la sangre y el semen que aparecen en sus orificios y en las sábanas hacen sospechar que se trata de una experiencia real para la que ella no tiene explicación.

Noche tras noche, el íncubo se materializa y se alimenta de su victima, que, enganchada al placer que obtiene, es capaz de dejar a su marido, hijos, familia,… todo, para consagrarse únicamente al demonio. De forma que el demonio se va haciendo cada día más fuerte mientras que su victima se debilita progresivamente, llegando en ocasiones a sufrir ataques al corazón o una muerte violenta ocasionada por el intenso placer sexual que su cuerpo, ya debilitado, no soporta.

Hay ocasiones, en las que de estas uniones, la mujer queda embarazada del íncubo. Sobre estos casos hay multitud de versiones y teorías, las más extendidas son las que aseguran que, de estos embarazos, pueden darse a luz bebés muertos o retrasados mentales, abortos con apariencia medio humana medio animal, y criaturas deformes y perversas que ya de mayores desarrollan una especial inclinación por el mal. Incluso hay teorías que aseguran que en una de estas uniones será engendrado el Anticristo.

Por otro lado, también existen versiones en las que los seres nacidos tienen impresionantes poderes mágicos, o seres con grandes capacidades sobrenaturales, llegando incluso a decirse que el mago Merlín era hijo de un íncubo y una prostituta.

Como veis versiones para todos los gustos.

Espero que os guste.

8 comentarios:

reyna dijo...

madre mia!! no dejare que mis hijos estudien historia, jaj un saluo

natalia dijo...

hola ,muy bien

loli-laura dijo...

anda que cualquiera se duerme ahora !que fuerte!

natalia dijo...

hola

madrid dijo...

hola

Anónimo dijo...

En la gnosis se sabe que los incubos y subcupos son verdaderos demonios creados realmente por la fantasia y la energia sexual desperdiciada en desenfrenos sexuales ejemplo: masturbacion, se dice que cuando se masturba, el masturbador con esa energia y pensamientos lujuriosos crea en su atmosfera personal larvas e incubos los cuales le robaran su energia y debilitaran mientras mas se masturbe mas los fortificara y mas se debilitara finalmente muchos grandes masturbadores llegan al manicomio... estos demonios son la desgracia de la juventud.. la masturbacion es la desgracia.. la lujuria.. se le debe pedir a la madre divina a el ser que elimine de si mismo esos demonios que los pulverise los queme junto con los pensamientos lujuriosos y demas sentimientos falsos.... la vida y la fuerza estan en la energia sexual los jovenes deben cuidar ese tesoro.. la lujuria es despreciable.. el diablo de la lujuria no se llena y siempre busca a quien tragarse. despues de tanto placer que da.. lo cobra haciendo que las almas perdidas entren al infierno por pervertidas pecadoras e ignorantes y debiles.... luchemos con voluntad por la castidad y la fuerza del amor cristica.. eliminemos el deseo ylujuria.. saludoss...

Anónimo dijo...

Yo no creo nada de eso.pero respeto a quienes si lo creen.saludos.;-)

Anónimo dijo...

Cierto