16 abril, 2009

Los Guardianes de las Catedrales: las Gárgolas



Las Gárgolas nacen en la antigua Grecia donde eran seres mitológicos con cabeza de león y alados que prestaban al hombre ayuda y protección. Se decía que pertenecían a una raza guerrera que fue creada para ayudar al hombre en las horas nocturnas, cuando era más indefenso. Es por esta causa por lo que a la luz del día las gárgolas están inanimadas, para volver a la vida a la caída del sol y, de esta forma realizar su labor protectora.

A diferencia de otros seres mágicos, las gárgolas necesitaban también la protección del hombre, puesto que al estar indefensas en las horas diurnas, podían ser destruidas. De esta forma el hombre y la gárgola hicieron una alianza que, por desgracia, fue destruida por el hombre al traicionar a sus alados amigos.

Este mito se perdió durante siglos para reaparecer en la Edad Media como custodios de iglesias y catedrales contra el mal y los demonios.

El nombre de Gárgola proviene de una antigua leyenda francesa. Se contaba que existía un dragón conocido bajo el nombre de La Gargouille de cuello largo, boca alargada provista de potentes mandíbulas y alas membranosas que vivía en una cueva cercana al río Sena.

La Gargouille tenía aterrorizada a la población, creaba el caos y destrucción por donde pasaba, se alimentaba de seres humanos, destruía con el fuego de su aliento todo aquello que se interponía en su camino, destrozaba y hundía barcos, y, también, escupía una inmensa cantidad de agua que provocaba inundaciones.

Para aplacar su ira, los habitantes del cercano Rouen le ofrecían cada año un sacrificio humano, normalmente el sacrificado resultaba ser un criminal ya condenado que de esta forma pagaba sus delitos. Cuando no había condenados que sacrificar se le entregaba una doncella, cosa que gustaba mucho más al dragón.

Un sacerdote cristiano llamado Romanus, en el año 600, llegó a Rouen proponiendo al pueblo librarles del dragón a cambio de ser bautizados en la fe cristiana y construir una iglesia para el culto. El pueblo por supuesto aceptó.

Así, Romanus equipado con los elementos necesarios para un exorcismo (campana, vela, libro y cruz) acompañó al reo que iba a ser entregado al dragón. Dominó al monstruo con la sola señal de la cruz, transformándolo en un ser dócil que se dejó atar con una cuerda.

La Gargouille fue quemado en la hoguera, a excepción de su cabeza y su cuello que, como estaban acostumbrados a las elevadas temperaturas de su aliento no ardían, en vista de lo cual, se decidió montar la cabeza sobre el ayuntamiento para que sirviera de recordatorio de los malos momentos que se habían vivido y como señal de advertencia.

Esta leyenda viene a explicar tanto el origen de la palabra gárgola como el porqué las gárgolas de las catedrales eran usadas como sumideros de agua, evitando la erosión de la pared, al estar ubicadas en las cornisas de las iglesias y catedrales medievales. Los primeros ejemplos góticos de gárgolas son las que se pueden observar en la Catedral de Lyon y en la Catedral de Notre-Dame de París.

El rasgo distintivo de las gárgolas góticas es que nunca son bellas, son intencionadamente horribles, grotescas o irónicas. Las gárgolas eran algo más que una decoración funcional, si bien su significado profundo permanece aún sin determinar. Entre las numerosas que pueblan los edificios medievales no se han podido encontrar dos iguales, demostración de la extraordinaria imaginación de sus constructores. La gran variedad, tanto en formas como en significados, va en contra del uso típicamente medieval, esto es de por si extraño; es evidente que debía haber un mensaje transmitido a través de las gárgolas. Es por ello que encontramos gárgolas no sólo en iglesias y catedrales, sino también en edificios seculares y casas privadas.

Son muchas las explicaciones que se han intentado buscar, a lo largo de los siglos, para explicar el significado oculto de las gárgolas. Se han visto como símbolos de lo impredecible de la vida, pues nunca representan especies animales conocidas.

En otros casos, se ha dicho que son las almas condenadas por sus pecados, a las que se impide la entrada en la casa de Dios. Esta podría ser una interpretación apropiada, especialmente, para las gárgolas más visibles y terroríficas, que pueden servir como ejemplo moralista de lo que puede ocurrirle a los pecadores.

De todas las explicaciones posibles, la más aceptada es aquella que nos habla de ellas como guardianes de la Iglesia, signos mágicos que mantienen alejado al diablo. Esta interpretación puede explicar el porqué de tan diabólicos y espantosos aspectos y su ubicación fuera del recinto sagrado.

Entre las posibles interpretaciones que se han atribuido a las gárgolas destacan aquellas que las asimilan a representaciones del demonio, tan presente en el imaginario colectivo medieval, que recuerda al cristiano la necesidad de seguir los preceptos religiosos si quiere escapar del infierno.

Espero que cuando veáis a una de estas gárgolas tengan para vosotros un sentido diferente del que tenían anteriormente y que podáis imaginar que de noche despliegan sus alas para protegernos de las fuerzas del mal.


Un beso a todos

5 comentarios:

reyna dijo...

holaaa a veces tu blog me da miedo!!!

natalia dijo...

hola ,me encanta ,sige asi

loli-laura dijo...

hola me gustan estas historias

reyna dijo...

hola

debra dijo...

Hola me ha parecido magnifico. Aunque tu blog se parece la casa muchisimo a un lugar que soñe done tenian un dinero escondido un tío que era mafioso y lo mataron estuvimos ali en un lugar entre pieza y pieza. Me angustia.
Cmbia el fondo si.!
No quiero mas muertes. y mi mente se descontrola se mete en la mente de otras personas cuando estoy durmiendo y cambio las cosas. Soy un peligro.
Pero por la obscuridad siempre me han gustado estas criaturas aunque prefiero los querubines me dejan peor. Sinceramente son mejor las estatuas griengas o de alguna de sus representaciones. hombres natiguos barbones o damiselas cazadoras. de esas que son erguidas en los cementerios. por ultimo me gustan las imagenes de monjas o religiosas siempre las atribuyo a las gargolas.