25 octubre, 2012

La Dama Marrón de Raynham Hall


Esta fotografía, titulada "The brown lady of Raynham Hall"" ("La dama marrón de Raynham Hall"), es una de las más importantes dentro del mundo de la parapsicología. Ha hecho correr ríos de tinta y ha sido objeto de múltiples exámenes por parte de expertos en busca de indicios de alguna clase de manipulación sin encontrar ninguna prueba de truco o fraude.

La fotografía nos muestra a un supuesto espectro femenino descendiendo por unas escaleras en dirección a la cámara que lo está captando.

El 19 de septiembre de 1936, los fotógrafos Indre Shira y Luck Provand fueron contratados por la revista "Country Life" para hacer un reportaje fotográfico del interior y exterior de Raynham Hall, un castillo del siglo XVII situado en Norfolk (Inglaterra). Ambos habían oído hablar del supuesto fantasma del castillo pero ninguno de ellos  daban crédito a semejantes historias.

Cerca de las 4 de la tarde, cuando estaban haciendo unas tomas de la magnífica escalera de la casa, algo extraño sucedió. Shira sostenía el flash mientras su compañero, Provand, estaba preparado para efectuar el disparo. Shira contempló asombrado como una figura fantasmal se acercaba a ellos bajando por las escaleras, soltó un grito ahogado y, Provand, ajeno a todo, disparó la cámara.

Shira, muy nervioso, le cuenta a Provand lo que había sucedido y que pensaba que la cámara podía haberlo captado. Rápidamente los dos vuelven a las oficinas con intención de revelar las placas, aunque, no sin antes haber cogido a un testigo, un contable de la publicación, para que diera fe que todos los pasos seguidos eran los correctos.

Una vez reveladas las fotografías, los tres quedaron muy sorprendidos cuando descubren que en una de las instantáneas aparecía lo que parecía ser una mujer alta, sin facciones, vestida con ropajes marrones y tranlúcida. Dieron por supuesto que habían visto a la legendaria Dama Marrón de Raynham Hall.

Pero... ¿Quién es la dama de la fotografía?

El castillo de Raynham Hall pertenecía a Charles Townshend, segundo Vizconde de Townshend. El vizconde era un hombre poderoso de la época que había enviudado de su primera esposa. Poco después, en 1712, Charles contrajo matrimonio con una joven y hermosa dama llamada Dorothy Walpole con la que tuvo 7 hijos.



El 29 de marzo de 1726, lady Dorothy Townshend murió trágicamente víctima de una repentina viruela. Esta fue la explicación de la inesperada desaparición de Dorothy pero la leyenda cuenta otra cosa muy distinta.

La leyenda cuenta que Dorothy Walpale estaba manteniendo una relación amorosa con el Sr. Wharton cuando fue prometida a Charles Townshend. Aunque ambos estaban muy enamorados, Dorothy cumplió con el compromiso y se casó con el vizconde.


Sin embargo, la pareja se siguió viendo durante los años que duró el matrimonio.

Cuando su marido se enteró de la relación, montó en cólera y encerró a su esposa en una habitación de por vida, no permitiéndole el contacto con nadie,ni siquiera con sus hijos, hasta su muerte. Para que nadie sospechara de la desaparición de Dorothy contó la historia de su enfermedad.


Durante su encierro, la pobre Dorothy fue languideciendo por la pena de no poder ver más a sus hijos y por el trato al que era sometida, falleciendo poco después. Unas versiones dicen que murió consumida por el dolor pero otras versiones afirman que, finalmente, su marido la asesinó arrojándola por las escaleras.

Muchos han sido los visitantes de Raynham Hall que han tenido encuentros con la Dama Marrón, curiosamente todos la identificaban con lady Dorothy Walpole. 

El encuentro más célebre se produce alrededor de 1800, cuando el rey George IV de Inglaterra se alojó en Raynham Hall. Era costumbre que en caso de visita real, el señor de la casa cedía sus aposentos al regio invitado como símbolo de respeto y sumisión. A medianoche el rey se despertó sobresaltado y vio, horrorizado, como una mujer pálida como la muerte, de pelo oscuro y cuerpo etéreo, le observaba silenciosamente al lado de la cabecera de la cama. Fue tal el susto que se llevó, que el monarca ordenó partir inmediatamente de aquella maldita casa.

En la navidad de 1835, el coronel Loftus, que estaba pasando unos días en el castillo, tuvo dos encuentros con la Dama Marrón. La primera, vio al espectro frente al dormitorio de lady Townshend, el coronel intentó alcanzarlo pero se desvaneció. La segunda vez fue completamente diferente. Loftus, armado de papel y lápiz, hizo guardia hasta volver a encontrarse con ella. Esta vez la vio flotando sobre la escalera portando una lámpara, no intentó acercarse, sino que hizo un boceto que mostró al día siguiente al resto de invitados.

Poco después, el capitán Frederick Maryat y sus dos sobrinos se hallaban de visita en la casa cuando se dirigían a sus habitaciones para descansar, en el pasillo, contemplaron como una dama semitransparente que portaba una luz se dirigía hacía ellos. El capitán Maryat aterrado, creyendo que la aparición le había sonreído malignamente, pensó que era algo diabólico, así que sacó su pistola y disparó contra ella. La bala se incrustó limpiamente en la pared tras atravesar al espectro sin causar daño alguno. 


En 1926, dos niños que se hallaban jugando en la casa, vieron a la Dama Marrón a la que describieron como "una señora de gasa".

Desde entonces muchos han sido los que han visto a nuestra dama recorriendo Raynham Hall en su eterna búsqueda.

Espero que os haya gustado.

23 abril, 2012

El Codex Gigas o Código del Diablo


Que mejor forma de celebrar el Día del Libro que dedicando este espacio a uno de los libros más fascinantes de la Historia: el Codex Gigas.

El Codex Gigas (traducido “libro grande”), también conocido como Código del Diablo o Código de Satanás, es uno de los objetos más fascinantes del medievo y que ha llegado a nuestros días en un excelente estado de conservación. Es una obra tan monumental en sí misma que fue considerada durante mucho tiempo como la “octava maravilla del mundo”.

Es el manuscrito medieval más grande conocido. Sus dimensiones son gigantescas, ya que mide 92x50’5x22 cms y pesa unos 75 kgs.  Consta de 624 páginas de pergamino manuscritas, en latín, iluminadas con tintas rojas, azules, amarillas, verdes y oro, y entre los textos existen numerosas ilustraciones magistralmente realizadas. Esta perfectamente encuadernado con tapas de piel y al estilo de la época.

Tan impresionante como sus dimensiones físicas es la gran cantidad de textos que reúne el Codex Gigas: la Biblia (en su versión Vulgata), el texto completo de la “Chronica Boemorum” de Cosmas de Praga, dos textos del historiador judío Flavio Josefo, las “Etimologías” de San Isidoro de Sevilla, varios tratados de medicina de Constantino el Africano, un calendario, curas medicinales, encantamientos mágicos, una lista necrológica de personas fallecidas, entre otros textos. Tal compilación no existe en ninguna otra obra.

Su valor no sólo radica en el testimonio histórico que aporta, ni en su incalculable valor monetario, el Codex Gigas es uno de los objetos de poder más deseados a lo largo de los siglos y siempre ha estado rodeado de un halo de misterio que generó numerosas creencias y leyendas en torno a él, lo que ha llevado a ser robado en gran cantidad de ocasiones ya que se creía que poseía un poder sobrenatural inimaginable.
La leyenda comienza en 1230, en un monasterio benedictino de Podlazine (actual Rep. Checa), donde un joven monje, conocido como Herman el Recluso, había sido condenado a muerte por sus terribles pecados. La naturaleza de estos pecados nunca fue revelada por ser considerados demasiado horribles para dejar constancia escrita de ello.

Estos monjes eran conocidos como monjes negros, ya que simbolizaban la muerte terrenal. Por tal motivo, la vida de estos monjes era muy severa, sus normas eran muy duras y los votos monásticos eran rígidamente cumplidos, y, lógicamente, cualquier infracción era firmemente castigada.

Cuando un monje era condenado a muerte el castigo aplicado era acorde a la visión que la orden tenía del mundo, por lo que al amanecer el condenado era emparedado vivo y dejado a su suerte para que sufriera una muerte lenta y muy dolorosa.

Sabiendo lo que le esperaba, Herman el Recluso, en un intento desesperado de salvar su vida, propone un trato imposible. El monje se comprometía a hacer un libro que contendría toda la sabiduría del mundo y, tan magnifico, que sería un orgullo y motivo de honra para la orden y el monasterio, y lo más importante, realizaría tan magna obra en una sola noche.

Nadie creía que fuera capaz de hacerlo, por lo que aceptaron el trato y fue emplazado a entregar el libro completamente terminado al amanecer. El monje fue encerrado junto con todo lo necesario para completar la obra.

A medianoche, el monje desesperado, sabiendo que no podría cumplir con el plazo, invocó al Diablo para suplicar ayuda y poder terminar el trabajo encomendado. La leyenda cuenta que el Diablo acudió en ayuda del monje, y propuso un trato: el monje le entregaría su alma como pago y él terminaría el libro pero puso una condición, que como señal de su pacto, el Diablo estaría representado en todo su esplendor.

A la mañana siguiente, el monje entregó el libro terminado y era tan extraordinario como había prometido. Nadie podía creerlo y muchos vieron la mano del Diablo en ello, por lo que los rumores sobre su origen infernal empezaron a circular rápidamente dando origen a la leyenda.


Lo curioso de esta obra es que, estudios posteriores, han visto una gran coherencia a toda la obra y lo uniforme de la caligrafía puede deberse a que un sólo escriba fue el autor del Codex Gigas, pero, en este supuesto, es dificil de estimar cuantos años necesitó para completar dicha obra. Se ha llegado a estimar que fue escrito entre el 1204 y el 1230, basándose en los datos que el propio Codex contiene.
Hay expertos que afirman que el Código fue escrito por un escriba no demasiado experto, argumentan que las ilustraciones, aunque son ricas y abundantes, no tienen la maestría que otros textos de la época.
También hay quien afirma se escribió por alguien que intentaba hacer algún tipo de exorcismo ya que en varios pasajes se llaman a diversos demonios por su nombre, y en la página 290 hay conjuros para curar enfermedades venenosas y una especie de guía para que el sacerdote ,junto con la cruz, pueda llamar al mal por su nombre y sacarlo del enfermo. Existen diversos pasajes, donde el texto parece cifrado y ha sido objeto de numerosos estudios para descifrarlos a lo largo de la historia, y que en la leyenda que rodea el manuscrito afirma que se encuentra la esencia de su poder.
Tras su creación, el Codex Gigas estuvo poco tiempo en el monasterio de Podlazice.
En la década de 1290 el monasterio sufrió una grave crisis financiera y se vieron obligados a vender el manuscrito a los "monjes blancos" los monjes cistercienses de Sedlec a petición del obispo Gregorio de Praga. Ya entonces era considerado la octava maravilla del mundo por su impresionante manufactura y su fama se extendía como la pólvora.
En 1594 el Codex Gigas fue rescatado del olvido en el que había caído en el monasterio de Broumov por Rodolfo II de Habsburgo. Rodolfo II lo incorporó a su colección de objetos raros y lo exhibía en su palacio como una de sus posesiones más valiosas. Rodolfo II había estado obsesionado con el Codex Gigas desde que el profeta Nostradamus predijo la muerte de su padre, su ascensión al trono y el renacimiento del Sacro Imperio Romano.
Rodolfo II se obsesionó tanto con el manuscrito, intentando descifrar los mensajes ocultos en los textos, que se volvió tan persona errática y paranoica que fue perdiendo la confianza y el apoyo de su pueblo y de su propia familia, siendo destronado y confinado solo hasta su muerte.
En 1648, al finalizar la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), el Codex Gigas, junto con el Codex Argentaus y otros objetos de valor, es tomado como botín de guerra y llevado a Suecia, país que sólo abandona posteriormente en dos ocasiones, en 1970, para ser exhibido el Metropolitan Museum de Nueva York, y, en 2007, donde regresa a Praga temporalmente para ser exhibido en la Biblioteca Nacional Checa.
Cuando el Codex llega a Suecia es entregado como ofrenda a la reina Cristina de Suecia, que pese a ser mujer había hecho juramento como hombre por expreso deseo de su padre. Ella lo incluye en la biblioteca real y es tenido como un valioso tesoro. Pero desde la llegada del manuscrito empezaron a ocurrir extraños sucesos en la Corte y en el reino, y se culpó a la extraña influencia del Codex. En menos de diez años, Cristina de Suecia abdicó y se convirtió al catolicismo, su fervor era tal que se autoexilió en Roma llevándose consigo numerosas y valiosísimas Biblias pero, extrañamente, no se llevó el Codex Gigas.
Los sucesos misteriosos y oscuros seguían sucediéndose alrededor del Codex. En 1697, a la muerte de Carlos XI y con su cuerpo aún en el palacio real, este se ve consumido por un fortísimo incendio producido por una misteriosa explosión. La familia real no pudo hacer otra cosa que huir, junto con la servidumbre, e intentar salvar lo máximo posible. Pocas cosas se pudieron recuperar, pero, milagrosamente, uno de los sirvientes había vuelto al palacio en mitad del incendio y consiguió sacar el Codex a tiempo.
Durante todo este tiempo, el Codex Gigas ha sido objeto de numerosos robos, y en todo este peregrinar se han perdido varias páginas que fueron arrancadas por sus poseedores y que se han perdido para siempre.
Para aquellos que les gustaría saber algo más sobre este fascinante manuscrito, os recomiendo que disfrutéis el documental que sobre el tema ha realizado el National Geographic.
Espero que os haya gustado.