15 marzo, 2024

Cuervos. El cuervo en la Mitología Celta


Este blog, como podéis ver, se llama Leyendas y Cuervos y, como se deja claro en el nombre, los cuervos son muy importantes en este espacio. Los cuervos son unos animales fascinantes que diferentes mitologías y culturas han relacionado con la sabiduría, la muerte y la magia, y que tienen papeles importantes en sus historias. En este artículo vamos a centrarnos en la visión que los antiguos celtas tenían de nuestras aves favoritas.

El cuervo es considerado, en la mitología celta, un ave sagrada y poderosa, que cumple la función de servir de mensajero entre el mundo divino y humano. Se les atribuía la capacidad de prever eventos futuros y de revelar secretos ocultos. Por esta razón, eran consultados como oráculos y guías espirituales.

En la mitología celta, el cuervo era conocido por su inteligencia y astucia. Era considerado un ave sagrada, vinculada a la sabiduría y al conocimiento. Se decía que poseía una visión penetrante y la capacidad de ver más allá de lo visible, lo cual lo convertía en un símbolo de clarividencia y revelación.

Además, el cuervo estaba asociado con la guerra y la batalla en la mitología celta. Se creía que estas aves eran guardianas de las batallas, observando desde lo alto y anunciando la llegada de la muerte. Su presencia en el campo de batalla se interpretaba como un presagio de victoria o derrota.

Para los celtas, los cuervos acompañaban a los espíritus de los difuntos hacia el otro mundo. Además, se creía que podían llevar noticias desde el reino de los muertos a los vivos.

En algunas interpretaciones, el cuervo representa la dualidad y los opuestos en la mitología celta. Es considerado tanto un símbolo de la vida y la renovación, como de la muerte y la oscuridad. Su plumaje negro se asocia con el misterio y lo desconocido, y su inteligencia y agudeza mental le otorgan un papel privilegiado dentro de la mitología celta.

También se suele vincular cuervo con una figura que ofrece gran protección. En la mitología celta, se cree que los cuervos son guardianes y protectores de los reinos divinos. Se dice que tienen la capacidad de ahuyentar los espíritus malignos y proteger a aquellos que les muestran respeto y devoción.

Junto a ser considerado un símbolo de protección, el cuervo también es considerado, en la tradición celta, un guía espiritual, puesto que se cree que el cuervo es un animal astuto y perspicaz, que brinda orientación y advertencias a aquellos que estén dispuestos a escuchar.

La relación del cuervo con las divinidades celtas es más que conocida. Una de las más importantes era Morrigan, la diosa de la guerra y de la soberanía. Morrigan era representada como una mujer joven y hermosa que adoptaba la forma de un cuervo, y se decía que ella volaba sobre los campos de batalla para elegir a quién bendecir con la victoria y a quién condenar a la derrota.

Otra deidad asociada al cuervo era Bran el Bendito, un dios protector y sabio. Bran era conocido por su conexión con los cuervos, quienes le servían como mensajeros y espías. Se decía que podía hablar con ellos y recibir información sobre eventos futuros.

Lugh, que es un dios conocido como el dios del sol, la luz y la habilidad, aunque no tiene una relación especial con los cuervos, se dice que Lugh tenía la capacidad de comunicarse con los animales y a veces se le representa con cuervos a su lado.

Como ya se ha mencionado, el cuervo ha aparecido recurrentemente en muchas historias y leyendas celtas en un papel destacado en muchas de ellas. Hay varios ejemplos de ello:

En la historia del "Nacimiento de Cuchulainn", se narra cómo tres cuervos profetizan el nacimiento de Cuchulainn, un famoso héroe celta. Estos cuervos son enviados por Morrigan para anunciar la llegada de un gran guerrero al mundo

En otra leyenda, "El Sueño de Oengus", el cuervo es mencionado como uno de los animales presentes en el Jardín del Edén celta. Se dice que este jardín era un lugar de gran belleza y armonía, y el cuervo era uno de los guardianes que velaba por su preservación.

Los cuervos son importantes en los rituales y las festividades celtas. Uno de los eventos más conocidos es el festival de Samhain. Este festival se celebra el 31 de octubre y marca el final del año celta y el comienzo del nuevo ciclo. Durante Samhain, se creía que el velo entre el mundo de los vivos y el de los muertos se volvía más delgado, permitiendo así la comunicación entre ambos planos.

Para honrar a los cuervos durante Samhain, se pueden realizar diferentes rituales. Algunas personas colocan alimentos y ofrendas en los lugares sagrados donde se congregan estas aves, como bosques o rocas sagradas. También se pueden hacer oraciones o invocaciones pidiendo la sabiduría y la protección de los cuervos.

Otra festividad celta relacionada con los cuervos es Imbolc, que se celebra el 1 de febrero. Durante este festival, se da la bienvenida a la llegada de la primavera y se honra a la diosa Brigantia, asociada con la sabiduría y la poesía. Los cuervos son vistos como heraldos de la nueva estación y se les considera portadores de mensajes y presagios.

Hoy en día, el cuervo sigue siendo una figura prominente en la cultura celta. Se le considera un símbolo de conexión con lo divino, de sabiduría y conocimiento más allá de lo obvio. Su presencia en tatuajes, joyería y obras de arte celtas es común, ya que representa un vínculo con las raíces y la ancestralidad celta. Por supuesto, no podemos olvidar su presencia en la literatura y el cine. Su imagen y su simbolismo continúan resonando en la sociedad actual, manteniendo vivo el legado de la mitología celta.

Espero que os guste.

11 marzo, 2024

Yggdrasil, el Árbol de la Vida nórdico

 

El Yggdrasil, o Árbol del Mundo, es una de las figuras más importante de la mitología nórdica, se trata de un fresno perenne cuyas raíces y ramas unen los diferentes mundos que forman parte de su cosmogonía. Es descrito como un árbol eterno y sagrado, que proporciona la base para la existencia misma. 

El simbolismo que se esconde de Yggdrasil es fundamental para comprender la filosofía nórdica. Representa la interconexión de todas las cosas en el universo y la armonía entre los diferentes reinos. Además, el Yggdrasil, en sí mismo, es una metáfora de la vida, la muerte y el renacimiento, ya que sus ramas y hojas caen y vuelven a crecer cada año. El Yggdrasil representa la visión nórdica de que la existencia del cosmos es cíclica por naturaleza y, por ello, también es conocido como Árbol de la Vida, 

El nombre Yggdrasil se ha interpretado de varias maneras. Etimológicamente, se considera una expresión poética derivada de los mitos nórdicos que significa “caballo de Odín”, de esta forma, el nombre sugiere la imagen de Odín cabalgando entre los mundos al subir y bajar por el tronco y las ramas del fresno, lo que metafóricamente haría alusión a la capacidad de Odín de cabalgar entre mundos.

Otras interpretaciones del nombre son “arbol terrible” o “cadalso de los ahorcados”. También es conocido como “horca de Odín” en referencia a los nueve días que Odín pasó colgado de dicho árbol, en una prueba tortuosa autoimpuesta, para alcanzar el conocimiento de las antiguas runas. 

Yggdrasil también es un símbolo de resistencia y protección. Algunas fuentes mencionan que este árbol es capaz de resistir los embates del Ragnarok, el fin del mundo nórdico, y que el Yggdrasil sobrevivirá para presenciar la creación del nuevo cosmos.

Yggdrasil también simboliza la visión nórdica de la creación. La cultura y la religión nórdica estaba intimamente relacionada con los árboles hasta tal punto que, para ellos, los primeros seres humanos se formaron a partir de árboles: el hombre fue creado a partir de un fresno y, la mujer, de un olmo.

No hay una una representación física específica en las fuentes de como era el Yggdrasil, tenemos una serie de nociones en los textos nórdicos pero, hasta ahora, no se ha conseguido hacer una representación totalmente fiel a las especificaciones en dichos textos.


El Yggdrasil contiene toda la vida del mundo nórdico y contiene los nueve reinos. Para ellos, el número nueve es un número sagrado y misterioso, simboliza el inicio de un nuevo ciclo. Muchos acontecimientos de la historia de los dioses están relacionados con este número y es muy importante dentro de esta mitología.

Los nueve mundos, también conocidos como los nueve reinos, son:

1.Asgard: Es el que está más alto de todos los reinos. Es el reino de los dioses y las diosas Æsir, encabezado por Odin. Aquí se encuentra el gran salón de Valhalla. Allí llegaban quienes morían luchando en batalla, llamados einjerher (guerreros vikingos).

2. Vanaheim: El hogar de los Vanir, una raza de dioses asociada con la naturaleza y la fertilidad. A menudo se lo considera un reino pacífico y fértil. Aquí se encuentra el palacio de la diosa Freyja, llamado Sessrumnir, este palacio alberga a la mitad de los héroes que perdieron la vida en la batalla.

3.Alfheim: El reino de los Elfos de la Luz, seres etéreos y hermosos que viven en armonía con la naturaleza. Era un bosque encantado que se encontraba rodeado por hermosas caídas de agua.

4. Midgard: El mundo mortal, habitado por los humanos. Es el reino en el que la mayoría de las historias nórdicas toman lugar. Este mundo está justo debajo de Asgard y encima de Hellheim.

5. Jotunheim: El hogar de los gigantes de hielo, seres poderosos y hostiles que a menudo entran en conflicto con los dioses. Este mundo está totalmente congelado.

6. Svartalfheim: El reino de los Elfos Oscuros, donde también vivían los enanos que eran expertos en la forja y la artesanía . Los habitantes de este mundo son conocidos por sus poderes mágicos.

7. Niflheim: Un mundo de hielo y niebla, considerado el reino de los muertos. Está asociado con el frío y la oscuridad. Es en este reino donde se encuentra la fuente de Hvergelmir, preservada por un dragón llamado Nídhögg.

8. Muspelheim: Un mundo de fuego y llamas, habitado por los gigantes de fuego. Es considerado un lugar ardiente y desolado. Sólo los seres nacidos en este mundo pueden sobrevivir aquí.

9. Helheim: El reino de Hel, la diosa de la muerte. Es aquí donde van las almas de aquellos que no murieron en batalla, los ancianos y los delincuentes.

Los dioses se mueven entre los diferentes mundos a través del byfrost, el puente de arco iris.


Además, el árbol esta sostenido por tres grandes raíces que tienen un pozo junto a cada una de ellas.

La primera raíz de Yggdrasil se extiende hasta el Pozo de Urd, ubicado en Asgard, la tierra de los dioses. Se dice que este pozo es la fuente de todo el conocimiento y la sabiduría en el universo y está custodiado por tres poderosas Nornas, o destinos, que tejen los hilos del destino para todos los seres. También se dice que cuando llegue el Ragnarok, el fin del mundo, el Pozo de Urd será lo único que sobreviva.

También el Yggdrasil está muy implicado en el concepto de suerte o de destinos que tenían los nórdicos encarnados en las tres Nornas. Ellas son las que determinan el destino de todos los seres, también de los dioses. Una vez que los destinos han sido predichos y grabados en la corteza de Yggdrasil, en forma de antiguas runas, ningún poder del universo puede cambiarlos o revertirlos, ni siquiera el propio Odín.

La segunda raíz de Yggdrasil conduce al Pozo de Mimir, ubicado en Jotunheim, la tierra de los gigantes. Mimir era un gigante sabio que protegía el pozo y era conocido por su inmenso conocimiento y sabiduría. Odín, el rey de los dioses, una vez sacrificó su ojo para beber del pozo y obtener algo del conocimiento de Mimir.

El Pozo de Mimir representa la idea de que la sabiduría y el conocimiento deben ganarse a través del sacrificio y el trabajo duro.

La tercera raíz de Yggdrasil se extiende hasta el Pozo de Hvergelmir, ubicado en Niflheim, la tierra brumosa de los muertos. Se dice que este pozo es la fuente de todos los ríos del universo y está custodiado por el dragón Nidhogg, que constantemente roe las raíces de Yggdrasil en un intento de destruirlo.

Además de sus raíces, Yggdrasil está habitado por diversas criaturas:

Nidhoggr: Un feroz dragón que reside en las raíces más profundas de Yggdrasil. Se alimenta de los cadáveres de los malvados y roe las raíces del árbol.

Ratatoskr: Una ardilla que recorre la longitud de Yggdrasil, desde sus raíces más profundas hasta sus ramas más altas. Ratatoskr es conocida por sembrar discordia al transmitir mensajes entre el águila en la copa y Nidhoggr en las raíces.

El Águila y Vedrfolnir: Un águila sin nombre se posa en la cima de Yggdrasil, simbolizando la sabiduría y la perspectiva. Vedrfolnir, un halcón, también reside en las ramas superiores.

Eikthyrnir: Un ciervo que pasta en los campos de Yggdrasil, alimentándose de las hojas del árbol.

Heidrun: Una cabra que vive en la copa de Yggdrasil y produce hidromiel, la bebida de los dioses.

Otros Ciervos: Cuatro ciervos más, llamados Durathror, Dainn, Duneyrr y Dvalinn, también habitan en el árbol.

Otro de los habitantes del árbol es el dios Heindall, que está al pie del árbol, como guardián y protector de este.

Durante Ragnarök, el crepúsculo de los dioses, Yggdrasil no solo presenciará el fin, sino que también dará cobijo al comienzo. Se cree que proporcionará refugio y consuelo a los humanos sobrevivientes en medio de la agitación.

La imagen de Yggdrasil ha dejado una profunda huella en la cultura popular actual. Su concepto ha sido representado en diversos medios, como libros, películas, videojuegos y arte.

En la literatura, Yggdrasil ha inspirado a numerosos autores a crear mundos mitológicos y fantásticos basados en la cosmología nórdica. También ha sido un motivo recurrente en la música y la poesía, donde se utiliza como una metáfora de la conexión entre lo divino y lo terrenal. Un ejemplo es su papel en American Gods de Neil Gaiman, tanto en la serie como en el libro.

En los videojuegos, Yggdrasil a menudo es presentado como un lugar sagrado, un árbol ancestral o incluso como una entidad viva. Es común encontrar referencias a este árbol en juegos de temática vikinga o fantástica, donde su importancia en la mitología nórdica se ve reflejada.

Espero que os guste.

08 marzo, 2024

Medusa, el símbolo detrás del monstruo


La figura de Medusa, la famosa criatura de la mitología griega, ha cautivado la imaginación de las personas a lo largo de los siglos, debido a su fascinante y enigmática naturaleza. Con su cabello compuesto por serpientes y su poderosa mirada capaz de convertir a los hombres en piedra, el mito de Medusa ha sido objeto de numerosas interpretaciones a lo largo de la historia, y, aún hoy en día, su historia resuena con fuerza y se ha convertido en un símbolo de empoderamiento y resistencia feminista.

La historia que os voy a contar es la versión que  el poeta Ovidio recogió del mito en su obra “Las Metamorfosis”, allí cuenta esta historia trágica de Medusa, que es la que ha adquirido mayor fuerza y la que goza de mayor aceptación.

Medusa era la tercera hija del dios primordial marino Fortis y de Ceto. Era la menor de tres hermanas y juntas eran conocidas por las Gorgonas: Esteno, Euríale y Medusa, ya que las tres poseían ese aspecto terrible.

El nombre de Medusa significa “guardiana” o “protectora” en el griego antiguio.

Aunque Medusa no siempre fue una Gorgona. Medusa era una mujer de extremada belleza y era la única mortal de las hermanas. Su belleza resaltaba aún más al lado de sus hermanas ya que ellas poseían esa apariencia terrible.

De pequeña, la joven ya soñaba con entrar como sacerdotisa en el templo de Atenea y se convirtió en una devota fiel de la diosa.En sus juegos, ella siempre representaba el papel de Atenea que tenía que intervenir para imponerles un castigo de sus supuestas infracciones a sus hermanas y al joven Ificles, el mejor amigo de Medusa. Medusa admiraba tanto a la diosa Atenea que deseaba parecerse a ella.

A medida que Medusa crecía, su belleza crecía con ella. Y la devoción por Atenea también creció, a tal punto, que el mayor deseo de Medusa era poder servir a la diosa convirtiéndose en una de sus sacerdotisas, aún sabiendo que para ello tenía que dejar todo lo demás.

Ificles, por su parte, como su mejor amigo, pasaba todos los días con la hermosa mujer y, inevitablemente, se enamoró profundamente de ella. Ificles había ocultado sus sentimientos durante años esperando a un momento propicio o a que la joven abandonara su sueño.

Un día, Ificles, en uno de los largos paseos que compartía con Medusa,se armó de valor y le confesó su amor por ella y que su mayor deseo era poder pasar su vida a su lado. Medusa, emocionada, le confesó que también le amaba, y ambos jóvenes se besaron dulcemente. Pero, al acabar el beso, Medusa le confesó que a pesar de amarlo, su amor por la diosa era más profundo y, por tanto, convertirse en sacerdotisa y servirla era lo más importante para ella, por lo que nunca podrían estar juntos.

Ificles amaba tanto a Medusa que, para él, su felicidad era lo más importante, por lo que, a pesar de sus sentimientos, la apoyó y le dijo que siempre estaría cerca por si le necesitaba.

Cuando Medusa alcanzó la edad requerida para poder entrar en el templo e iniciar su preparación como sacerdotisa, acudió al templo para poder servir a la diosa.

Pronto empezaron las duras enseñanzas en el templo, la exigencia a las nuevas sacerdotisas era muy grande ya que Atenea se veía reflejada en ellas y, por tanto, cualquier falta era un duro golpe en la reputación de la diosa.

Para servir a la diosa, las jóvenes debían tener una pureza absoluta ya que Atenea era pura. La preparación para pertenecer al templo era muy exigente, las aprendices debían pasar por duras pruebas en las que debían demostrar su disciplina, sabiduría, su conducta ejemplar y su pureza.


Medusa logró su anhelado sueño y se convirtió en una respetada sacerdotisa, la hermosa joven estaba tan comprometida con su oficio que decían de ella que era una sacerdotisa perfecta pues su conducta era ejemplar y su disciplina impresionante. 

Pronto, la hermosa Medusa empezó a ganar fama entre los devotos que asistían al templo. La impresionante belleza de la joven sacerdotisa atraía a todos los hombres que la observaban mientras realizaba los sagrados rituales en el templo. Su hermoso rostro, su esbelta figura y su hermoso cabello extremadamente brillante y preciso, hacía que los hombres cayeran rendidos a sus encantos, aunque sabían que ella no les correspondería, por lo que la admiraban de lejos.

Pronto la noticia de la belleza de la joven se extendió, provocando que cada vez más personas asistieran al templo solo para poder verla. Era tal la belleza de la jovén y su perfecta ejecución de los ritos, que los asistentes no paraban de alabar las cualidades de la joven.

En el Olimpo, Atenea, que solía vigilar con celo sus templos, estaba pendiente de todo lo que sucedía con Medusa. Un día. Mientras Medusa hacia los rituales cotidianos en el templo, llegaron miles de devotos. Atenea estaba muy satisfecha por la atención que estaba recibiendo su templo y se paró a mirar como era glorificada por tanta gente.

Pero lo que vio no le gusto nada.

En el templo, de entre la multitud, un hombre gritó: ”Medusa, eres mucho más bella que Atenea, y tu cabello es mucho más hermoso”. Furiosa, Atenea se dio cuenta toda esa gente no estaba en su templo para venerarla, sino que habían ido únicamente para ver a su fiel sacerdotisa.

En ese momento, Atenea no hizo nada en contra de sus falsos fieles, ni tampoco en contra de Medusa, ella no tenía la culpa de ser tan bella. Por lo que se dedicó a observar con amargura lo que estaba sucediendo.

Pronto los demás dioses se dieron cuenta de lo que ocurría y, curiosos, pusieron su mirada en Medusa. Poseidón, observando el disgusto de Atenea, creyó que era el momento adecuado para ejecutar su venganza contra la diosa. En el pasado, ambos dioses se disputaron durante mucho tiempo la soberanía de Secropia, finalmente ganó Atenea y la ciudad pasó a llamarse Atenas en su honor. El dios nunca se lo perdonó y, desde entonces, buscaba el momento adecuado para cobrarse su venganza.

Poseidón ideó un plan para atacar a Atenea a través de su fiel sacerdotisa Medusa. Era bien sabido lo exigente que era Atenea con sus sacerdotisas, porque, para Atenea, la conducta y comportamiento de sus sacerdotisas influenciaba fuertemente la reputación de la diosa.

Mientras Poseidón ideaba su plan, observaba a la bella Medusa de tal forma que incluso el dios llegó a caer en el hechizo de la joven. Aún así, estaba decidido a destruir la reputación de Medusa para destruir la reputación de Atenea a través de ella.


Un día, Medusa, como era su costumbre, salió a pasear por la playa cuando, de repente, vio como emergió de las aguas un ser imponente, era el dios Poseidón quien apareció ante ella mostrando todo su esplendor. Poseidón intentó seducir a la joven con toda clase de halagos y engaños, pero Medusa, fiel a sus votos, no accedió a los deseos del dios. 

Furioso, Poseidón intentó tomar por la fuerza a la bella joven y, dándole un fuerte manotazo, logró escapar y huyó en dirección al templo, el único lugar donde se encontraba segura, mientras gritaba pidiendo ayuda.

Ificles, al ver lo que pasaba, intentó detener a Poseidón pero no era rival para el dios, que, de un fuerte golpe, dejo inconsciente al joven. 

Con lágrimas en los ojos, Medusa imploraba la protección de la diosa arrodillada a los pies de la estatua de Atenea. Suplicaba la ayuda de la diosa mientras oía, horrorizada, como se acercaba Poseidón.

Finalmente, Poseidón vio a la joven y, cegado por la sed de venganza y la lujuria, cogió a la joven y allí mismo, en el altar de Atenea, ultrajó a Medusa, la más fiel y hermosa de las sacerdotisas de su rival, quien no paraba de suplicar y llorar.

Cuando hubo terminado, Poseidón contempló satisfecho como había logrado mancillar el altar de su rival, y se alejó habiendo cumplido su venganza. Poseidón sabía que Atenea se enorgullecía de la pureza de sus templos y esto la enfurecería.

Dejó a Medusa mancillada y rota de dolor en el suelo junto al altar.

Atenea, cuando vio lo sucedido en su templo, acudió furiosa y culpó a Medusa por la profanación de su inmaculado templo. También la hizo responsable de su ataque, por su belleza y perfección. Medusa, dolida y avergonzada, no fue capaz de reclamar a la diosa su falta de protección en el momento que más la necesitaba, sino que suplicó el perdón de la diosa.

Atenea, que no pudo controlar su furia, decidió castigar cruelmente a Medusa, convirtiéndola para siempre en un ser horripilante y monstruoso igual que sus hermanas. De esta forma, convirtió su hermosa cabellera en serpientes venenosas. Después de esto, la diosa se fue, dejando sola a la inconsolable y asustada Medusa.


La desdichada Medusa se quedó en el suelo, llorando desconsoladamente en el suelo del templo. No sabía que hacer, pues ya no era pura y no podía quedarse, y donde iría pues su nuevo aspecto era realmente aterrador.

Ificles, ya de noche, cuando se recuperó del golpe del dios, corrió preocupado a buscar a Medusa. La encontró escondida en la oscuridad, detrás del altar de Atenea, llorando desconsoladamente. Ificles empezó a acercarse lentamente, mientras intentaba tranquilizarla con palabras de cariño. Medusa le rogaba que no se acercara, que su aspecto era horrible. Pero Ificles, deseoso de consolar a la joven, no la hizo caso y puso su mano en su hombro.

Una de las serpientes mordió la mano de Ificles, que, sorprendido, soltó un quejido. Esto hizo que Medusa, preocupada por su amigo se volviera y ambos jóvenes quedaron frente a frente mirándose a los ojos. Al instante Ificles se convirtió en una estatua de piedra.

Medusa, horrorizada y con el corazón roto, decidió huir de la ciudad para no dañar a nadie más. Mientras huía, la gente al verla gritaba aterrada o la insultaba y maldecía. De forma instintiva, Medusa miraba hacia quien la gritaba que, al momento, se convertía en piedra.

A las afueras de la ciudad había un gran bosque, Medusa decidió refugiarse allí mientras decidía que hacer. Pero el rumor de lo que había pasado en la ciudad había corrido como la pólvora, por lo que la gente se organizó para salir a cazar y matar a la criatura. Todos los que fueron a cazar a Medusa nunca regresaron y fueron encontrados, tiempo después, convertidos en estatuas de piedra.

Tras esto, Medusa huyó a una ciudad lejana, en el extremo occidental, donde nadie vivía desde hacía muchos años. Fue a Gorgonea y se reunió con sus hermanas. Allí se refugió en las ruinas de un templo de Atenea, donde vivió, durante mucho tiempo, llena de tristeza y dolor. Poco a poco, Medusa vio como su delicada humanidad se fue desvaneciendo al mismo tiempo que una fuerte hostilidad y rencor crecía dentro de ella.

Medusa fue recuperando las rutinas y los rituales que hacia en el templo, y la devoción a la diosa la ayudaba a sentir que estaba en casa. Era una forma de mantener su antiguo ser, aunque la Medusa cruel y combativa que era ahora ganaba terreno en su vida.

Una vez más tranquila, y viendo la devoción que aún la procesaba, Atenea se dio cuenta del error cometido con Medusa, sabiendo que el castigo era desproporcionado e injusto, pero la maldición que había vertido sobre ella no podía deshacerse 

Muchos guerreros y héroes iban en busca del temible monstruo, pero nadie regresaba.


Según está versión del mito, Medusa se había quedado embarazada después del ataque de Poseidón, Cuando Atenea se enteró de esto, enfureció.

Atenea buscó al héroe Perseo para acabar con Medusa. Para asegurarse de que Perseo tenía éxito en su campaña, Atenea lo equipó con varios objetos divinos como las sandalias aladas de Hermes, el casco de invisibilidad de Hades o el propio escudo de la diosa.

Perseo se dirigió a las ignotas tierras hiperbóreas, que era donde vivía Medusa. Cuando estuvo allí, Perseo estuvo espiando con sigilo a Medusa para averiguar sus puntos débiles y cual era el momento más propicio para atacarla. Tras observarla, decidió esperar a que la criatura estuviera dormida para tener alguna posibilidad de matarla al poder evitar el poder de su mirada.

Cuando llegó la noche y Perseo se aseguró que Medusa estaba profundamente dormida, se acercó sigilosamente usando el pulido escudo como espejo y, con su afilada espada, la decapitó de un solo golpe. 

Perseo tomó con cuidado la cabeza de Medusa, de la cual no paraba de manar sangre, y la guardó en una bolsa mágica que le habían proporcionado los dioses. De su sangre derramada nacieron sus dos hijos engendrados de la semilla de Poseidón: Pegaso, la más pura de todas las criaturas que encarnaba la pureza que le habían arrebatado a su madre, y el gigante Crisaor, el guerrero de la espada dorada.

Perseo también recogió la sangre de Medusa. Cuando Perseo navegaba en el Mar Rojo con la cabeza de Medusa, una gota de su sangre cayó sobre los corales blancos tiñéndolos con el poder de su sangre. Así nacieron los corales como un tributo a la belleza que una vez fue Medusa. Tiempo más tarde, cuando viajaba por el desierto del Sahara, otra gota de sangre cayó sobre las arenas ardientes dando origen a las víboras venenosas.

Huyó de allí lo antes posible, ya que las dos hermanas fe Medusa se habían despertado y lo andaban buscando.

Perseo regresó victorioso hasta donde estaba la diosa Atenea. Devolvió los objetos divinos que le habían prestado para su aventura y, como muestra de su astucia y valentía, le entregó la cabeza de Medusa como prueba de su éxito. 

Atenea puso la cabeza en el centro de su escudo, lo que hacía de este escudo un arma fabulosa, ya que la cabeza, aún después de muerta, seguía teniendo el poder de petrificar a sus enemigos. Y de esta forma, la figura de Atenea y Medusa quedó entrelazada para la eternidad.

Perseo también le entregó la sangre recogida de la cabeza, por ser muy poderosa. La sangre que salía de su vena izquierda era un potentísimo veneno, y la sangre de su vena derecha tenía poderes sanadores e incluso podía resucitar a las personas. Esta sangre se convirtió en un secreto divino, destinado a ser utilizado solamente por los dioses y que era custodiado por Asclepio.

A lo largo de los siglos, la imagen de Medusa ha perdurado en nuestra cultura. Artistas y escritores han reinterpretado su historia en pinturas, esculturas y obras literarias. Artistas como Caravaggio, Bernini, Rubens y Salvador Dalí crearon obras literarias inspiradas en ella. Incluso la famosa casa Versace escogió la cabeza de Medusa como el símbolo de la marca por considerar que representa el poder femenino.

La figura de Medusa se convirtió en un símbolo, no solo de la tragedia de una mujer castigada injustamente, sino también de la lucha por la redención y el impacto de las decisiones divinas.

Medusa es uno de los personajes más incomprendidos, muchos piensan que era un monstruo despiadado, sin embargo, fue Atenea quien le falló castigándola por acciones de las cuales, no solo no era culpable, sino que era víctima.

A través de los ojos de los griegos antiguos, Medusa encarnó la dualidad del poder y la fragilidad, y de la belleza y la monstruosidad. El mito de Medusa es un recordatorio de que la belleza, por sublime que sea, no está exenta de consecuencias y que el abuso de poder, como el mostrado por Atenea, puede desencadenar terribles transformaciones con consecuencias indeseadas e imprevisibles.

Espero que os guste.

04 marzo, 2024

Las Tres Gorgonas. Un arquetipo femenino en constante reinterpretación.

 
Las Gorgonas tienen un papel destacado en la Mitología griega como símbolo del terror y la monstruosidad. A menudo se las representa como guardianas del acceso al Inframundo, guardianas de tesoros o como enemigas de héroes valientes que se aventuran en sus territorios. Su fama y características espantosas las convierten en uno de los seres más emblemáticos y reconocibles de la Mitología griega.

Las Gorgonas eran tres hermanas llamadas Esteno, Euriale y Medusa. Eran hijas de dos divinidades marinas primordiales, de Forcis y Ceto. Eran hermanas de las Grayas, de la terrible Escila y del dragón que custodiaba el jardín de las Hespérides. Las Gorgonas se instalaron cerca del jardín de las Hespérides, en el extremo occidente del mundo, en la región conocida como Gorgónea. Allí, las Gorgonas eran temidas y respetadas por su poder y su ferocidad, y se dedicaban a aterrorizar a los mortales y a los dioses por igual.

En un primer momento, las Gorgonas eran divinidades primordiales que pertenecían a la generación preolímpica. Posteriormente, el mito evolucionó y se empezó a considerar a Medusa como una víctima de una metamorfosis, se decía que, al principio, Medusa era una hermosa doncella que se había atrevido a rivalizar en belleza con la mismísima Atenea, en esta versión del mito, Medusa cargó con el castigo del sacrilegio.

Los mitos dan a las Gorgonas una apariencia única y terrorífica. Su característica más distintiva era su cabello que, en lugar de tener el cabello humano, tenían serpientes venenosas vivas y en constante movimiento, lo que hacía mucho más amenazante su aspecto. Además poseían afilados colmillos de bronce y unas poderosas alas de oro con las que podían volar. Otra de sus características más destacadas era su piel, que es de un color verde pálido y aspecto escamoso, similar a la piel de una serpiente. Todo esto confería a las Gorgonas un aspecto único, monstruoso y aterrador.

Una de sus características más famosa, y quizá la más peligrosa, era su mirada, con la que podían petrificar al pobre desgraciado que tenía la mala fortuna de cruzar su mirada con la suya. Aunque este poder solo lo tenía Medusa, las otras dos Gorgonas no podían petrificar con ls mirada.

Las Gorgonas eran inmunes a las armas convencionales, y solo podían ser heridas por objetos mágicos o divinos. También eran capaces de regenerar sus heridas, e incluso de resucitar si se les cortaba la cabeza. Sin embargo, solo dos de las Gorgonas eran inmortales: Esteno y Euríale. La tercera, Medusa, era mortal y podía morir de forma definitiva.

Según Ovidio, Medusa habría sido encantadora en todos los aspectos, Medusa estaría principalmente orgullosa de su esplendorosa cabellera. Todo su aspecto era muy bello, aunque su pelo era excepcionalmente bello. Medusa alardeaba de ser tan bella como la  diosa Atenea. Hasta que Poseidón la sedujo, según algunas versiones, o la forzó, según otras versiones, Atenea tuvo la excusa que necesitaba para volcar su ira sobre Medusa. 

En cuanto a Esteno, se dice que era la más feroz de las gorgonas. A diferencia de Medusa, no tenía la habilidad de petrificar con su mirada, pero compensaba esta falta con su fuerza y ferocidad descomunales. Algunas versiones de la mitología mencionan que fue Esteno quien persiguió a Perseo después de que este decapitara a Medusa. Esteno era inmortal.

Por último, tenemos a Euríale. Se la describe como la más ágil y rápida de las tres gorgonas. Aunque no poseía la habilidad de convertir en piedra con la mirada, se decía que Euríale tenía un oído privilegiado, capaz de detectar incluso el más mínimo ruido. También se cree que era inmortal como Esteno, a diferencia de Medusa.


Las Gorgonas eran símbolos de lo desconocido, lo aterrador y lo incontrolable. Su imagen aparecía en escudos, amuletos o se ponían en la entrada de los templos, casas e, incluso, en las tumbas como una forma de protección contra el mal.

Las Gorgonas han sido objeto de múltiples interpretaciones y análisis a lo largo de la historia. Su simbolismo está relacionado con varios aspectos, como el miedo, la muerte, la sexualidad, la feminidad, la sabiduría y la transformación.

Las Gorgonas representan el terror que provoca lo desconocido, lo monstruoso, lo irracional y lo caótico. Su mirada es capaz de paralizar y anular la voluntad de los que la sufren, convirtiéndolos en estatuas inertes. Su poder es tan grande que incluso los dioses lo temen y lo respetan.

Las Gorgonas simbolizan la muerte, tanto física como espiritual. Su mirada es una sentencia de muerte para los mortales, que pierden su vida y su alma al quedar petrificados. Su sangre es también una fuente de muerte, ya que es venenosa y puede matar con solo tocarla.

Las Gorgonas expresan la sexualidad, tanto positiva como negativa. Su cabellera de serpientes es una metáfora de la energía sexual, que puede ser creativa o destructiva. Su fertilidad es también una muestra de su sexualidad, que puede dar origen a seres maravillosos o terribles. Su castidad o su promiscuidad son también aspectos de su sexualidad, que pueden ser motivo de bendición o de maldición.

Por supuesto, el mito de las Gorgonas encarna la feminidad, tanto sagrada como profana. Su condición de mujeres las vincula con la naturaleza, la luna, el agua y la tierra. Su poder es también un reflejo de la fuerza y la sabiduría de lo femenino, que puede ser venerado o temido. Su belleza o su fealdad son también expresiones de su feminidad, que pueden ser admiradas o rechazadas.

Las Gorgonas poseen la sabiduría, tanto oculta como revelada. Su origen divino las conecta con el conocimiento de los misterios del universo, que solo ellas pueden acceder De hecho, una de las funciones que se les atribuye a estas criaturas es la protección del acceso al Inframundo, para que aquellos que no deben cruzar esas puertas no profanen dicho lugar. Su mirada es también una fuente de sabiduría, que puede iluminar o cegar a los que la reciben. Su cabeza es también un símbolo de sabiduría, que puede proteger o amenazar a los que la portan.

Las Gorgonas representan la transformación, tanto positiva como negativa. Su historia es una muestra de cómo el destino puede cambiar la vida de una persona, para bien o para mal, la historia de Medusa es un ejemplo de como esa transformación puede afectar. Su sangre, al igual que ellas mismas, es también un agente de transformación, que puede crear o destruir la vida. Su imagen es también un motivo de transformación, que puede inspirar o repeler en el arte y la cultura.

Las Gorgonas han sido representadas en diversas formas de arte, como la escultura, la pintura, el mosaico, la cerámica y la joyería. Algunas de las obras más antiguas y famosas son el escudo de Atenea con la cabeza de Medusa, el mosaico de la Casa de Dioniso en Pafos, el vaso de los sátiros y las Gorgonas, y el collar de oro de las Gorgonas. Estas obras reflejan el estilo y la estética de la antigüedad griega y romana, así como el valor simbólico y apotropaico de las Gorgonas.

En la literatura, las Gorgonas han sido protagonistas o personajes secundarios de numerosas obras literarias, tanto clásicas como modernas. Algunas de las obras más destacadas son la Metamorfosis de Ovidio, la Eneida de Virgilio, la Divina Comedia de Dante, el Fausto de Goethe, el Frankenstein de Mary Shelley, el Cuento de la criada de Margaret Atwood y el Percy Jackson de Rick Riordan. Estas obras reflejan la influencia y la reinterpretación de la mitología griega en la literatura occidental, así como el uso de las gorgonas como símbolos de terror, poder, sexualidad y transformación.

En el cine y la TV, las Gorgonas han sido adaptadas y recreadas en diversas películas y series de cine, tanto de animación como de acción real. Algunas de las películas y series más populares son Furia de titanes, Hércules, Percy Jackson y el ladrón del rayo, Hotel Transilvania, La momia, Harry Potter y la piedra filosofal y Juego de tronos. Estas películas y series reflejan el interés y la fascinación por el mundo fantástico y mitológico, así como el uso de las Gorgonas como elementos de acción, aventura, humor y terror.

En resumen, su mirada petrificante, su origen oscuro y su simbolismo continúan intrigando a quienes exploran el mundo antiguo. las Gorgonas son criaturas fascinantes que han dejado una marca indeleble en la mitología griega. Aunque a menudo se las representa como monstruos, también encarnan la dualidad de la vida y la muerte, la belleza y el terror.

Espero que os guste.

01 marzo, 2024

La Casa de las Siete Chimeneas. Una leyenda de Madrid.

 


La casa de las siete chimeneas es un ejemplo de la arquitectura del siglo XVI que se conserva en Madrid. Su nombre se debe a las siete chimeneas cilíndricas que coronan su tejado y que son protagonistas de una antigua y popular leyenda que habla de un crimen, un fantasma y un amor secreto. 

La casa de las siete chimeneas se construyó entre 1574 y 1577 por encargo de Pedro de Ledesma, secretario de Antonio Pérez, el favorito del rey Felipe II. El arquitecto encargado del diseño fue Antonio Sillero, que le dio una planta rectangular y un estilo renacentista. La casa se situó en el límite de la ciudad, rodeada de huertas y jardines, y se destinó a ser la residencia de la hija de Ledesma, Elena, de quien se dice que fue amante del rey.

La Casa de las Siete Chimeneas en el siglo xvi y en 1882, de La Ilustración Española y Americana (15-10-1882).


Y aquí empieza la historia.

La leyenda de la casa de las siete chimeneas se remonta al siglo XVI, cuando la casa era la morada de Elena, la hermosa hija de Pedro de Ledesma, y su esposo, el capitán Zapata. Según la leyenda, Elena y Zapata se casaron por conveniencia, ya que ella estaba enamorada del rey Felipe II, con quien había mantenido una relación clandestina. Poco después de la boda, Zapata tuvo que partir a la guerra de Flandes, donde murió en la batalla de San Quintín.

Elena quedó viuda y desconsolada, y se recluyó en la casa, donde se dice que dio a luz a una niña fruto de su amor con el rey. La niña fue ocultada y nunca se supo nada de ella. Elena murió poco después, oficialmente de pena, pero algunos afirmaron que fue asesinada, ya que se encontraron varias puñaladas en su cuerpo.

Los sospechosos del crimen fueron el padre de Elena, que apareció colgado de una de las vigas de la casa tras ser interrogado, y el propio rey, que habría querido eliminar cualquier prueba de su infidelidad y un posible problema sucesorio.Tras tanto rumor, las Autoridades decidieron investigar más a fondo el asunto, pero fue imposible, el cadáver había desaparecido.

Cuando el cadáver de Elena desapareció misteriosamente se pensó que fue enterrado en algún lugar de la casa o de sus alrededores aunque nunca encontraron nada. Años más tarde, se empezaron a ver por las noches la figura de una mujer vestida de blanco que paseaba por el tejado de la casa, entre las siete chimeneas, con una antorcha en la mano y con la otra señalaba hacia el Alcázar, morada de Felipe II, luego se arrodillaba, se santiguaba y comenzaba a golpearse en el pecho antes de desaparecer.

Era el fantasma de Elena. Y aquí fue cuando nace nuestra leyenda.

La casa fue adquirida, en 1590, por Francisco de la Cueva, marqués de Bedmar, quien hizo algunas ampliaciones en la casa. Se dice que fue el primero en ver el fantasma de Elena, y que quedó tan impresionado que mandó construir una capilla en la casa para aplacar su espíritu. Aunque no fue el único en verlo, medio Madrid de la época afirmaba haber visto el fantasma de Elena.

Desde entonces la casa tuvo varios dueños ilustres y controvertidos. Como José de Carvajal y Lancaster, marqués de Sarria, del que se decía que era un gran aficionado a la alquimia y a las ciencias ocultas, y que realizó en la casa varios experimentos y rituales. Y, otro de sus dueños fue Leopoldo de Gregorio, marqués de Esquilache, que ocupó la casa entre 1760 y 1766, cuando era ministro de Carlos III. Fue el responsable de la reforma del vestuario de los madrileños, que consistía en prohibir el uso de capas largas y sombreros de ala ancha, y sustituirlos por capas cortas y sombreros de tres picos. Esta medida provocó el descontento y la rebelión del pueblo, que asaltó la casa y la saqueó. Se dice que el marqués escapó por una de las chimeneas, y que desde entonces una de ellas está siempre encendida.

En 1856 la casa fue adquirida por el Banco de Castilla, que hizó una serie de reformas para adaptar al edificio a sus necesidades. Durante las obras, en la zona de los antiguos jardines, se encontro el esqueleto de una mujer enterrado bajo el suelo, junto a una daga y, a su lado, varias monedas de oro de los tiempos de Felipe II. Pese a los esfuerzos del Banco por mantener el tema en secreto, pronto se propagó por todo Madrid y revivió la leyenda de Elena y las sospechas sobre la posible implicación de Felipe II.

Tras esta primera reforma, otras obras de remodelación han tenido lugar en la casa, como las realizadas en el año 1960, durante las cuales los obreros descubrieron otro esqueleto humano, esta vez correspondiente a un hombre. Nadie nunca supo a quién pudo pertenecer el cuerpo, ni la causa de su muerte.

La leyenda dice que la casa de las siete chimeneas tiene un significado oculto. Se cuenta que las chimeneas representan los siete pecados capitales. Según se cuenta, el arquitecto era un ferviente católico que sabía de la relación del monarca con la dama y su forma de mostrar su disgusto fue añadiendo 7 chimeneas que representarían los pecados. Por supuesto no hay ninguna base histórica que confirme este detalle salvo la propia leyenda.

La casa de las siete chimeneas fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1948 y, en 1995, es declarada Bien de Interés Cultural. Actualmente alberga las dependencias del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Esta situada en la Plaza del Rey, 1, en el famoso bario de Chueca. Y si vienes por Madrid es una de las paradas indispensables de la capital.

Espero que os guste.